Nunca había existido una evolución tecnológica tan vertiginosamente acelerada como la que estamos viviendo hoy en día. La industria de la robótica, la inteligencia artificial, el desarrollo de software y otras similares, están creciendo a una magnitud que se podría asemejar a una bola de nieve cayendo por una montaña: cada vez más rápido y cada vez más grande. La realidad es que estos avances siempre traen la renovación de ciertos empleos, la generación de unos y la erradicación de otros. Esto es algo que sucede en todos los ámbitos.

Ahora sería casi un milagro encontrar alguien que repartiera leche de puerta en puerta como a nuestros padres les tocó o encontrar una sala de boliche donde esté alguien al final de la mesa acomodando los pinos de manera manual. Estos ejemplos son muy sencillos, pero a gran escala este fenómeno lo estamos viendo cada vez con más frecuencia.

Según el diario El País, un informe del Bank of America indicó que el coste de la robótica ha visto una reducción del 27% en los últimos años, por lo que se estima que en el 2025 el 45% de las tareas industriales serán realizadas por robots.

Este escenario pudiera parecer un poco fatalista, sobre todo tomando en cuenta que la tecnología amenaza una gran parte de los empleos que una máquina pudiera realizar de manera automática y de una manera más rápida que un ser humano, pero la solución no es pelear contra la evolución - puesto que es un encuentro que nunca ganaremos - sino entenderla y aceptar los cambios que propone, entendiendo que su integración también nos puede ayudar a realizar nuestro oficio.

El Internet de las Cosas - como se le conoce a la conexión de los objetos cotidianos con Internet - nos permite desde hace algunos años, traer nuestra estación de trabajo en nuestros bolsillos y realizar consultas, modificar archivos y tener conferencias en cualquier lugar. La inteligencia artificial juega un papel importante en el manejo del big data, logrando identificar, extraer, almacenar, ordenar, gestionar y analizar cantidades masivas de datos que sería imposible que pudiéramos analizar por nuestra cuenta.

No hay que temerle a la tecnología, diversos estudios muestran que sus avances han ayudado a crear más empleos que los que han desaparecido. Lo importante es entender cómo podemos ayudarnos de las nuevas tecnologías y encontrar las nuevas oportunidades que nos brinda la constante y acelerada evolución de la humanidad.